Si me preguntan cómo realizo mis obras, debo decir que simplemente aparecen, surgen… sin un pre-concepto, ni un diseño, ni dibujo, ni borrador, ni maqueta, ni idea… El material es arcilla refractaria, preferentemente chamote medio a grueso (el chamote es arcilla cocida triturada que se mezcla con la arcilla blanda)…

Me planto frente al bloque de arcilla y las formas se me muestran y a medida que la obra va avanzando le encuentro sentido… ese sentido que no veía jamás al comienzo.

Mi obra siempre representa personas, rostros o figuras humanas completas; solas o en grupo, expresando sentimientos, muchas  veces contradictorios y coexistentes. Mis obras tienen varias facetas, hay que observarlas desde diferentes ángulos.

Desde los nueve hasta los dieciocho años estudié dibujo y pintura, eso me da noción de las figuras que realizo, también, siendo adolescente, estudié cerámica y diseño… pero la escultura simplemente brota y me sorprende… quizás me remonta al arenero y mis juegos de niña pequeña construyendo figuras en la arena húmeda y de textura gruesa con conchilla… esa textura que le doy a mis piezas medio siglo después… El placer es el mismo, es jugar con un material que me permite descubrir formas y volúmenes, y reflejar sentimientos…

Alguien me dijo un día “tus esculturas hablan”, y yo respondí “esa es la intención!”.

Mi obra